La Nueva Revolución Femenina
Por Sole Lladó – Ilustración Charo Bick
Violetas, verdes y celestes, pañuelos que muestran orgullosas niñas y mujeres de diferentes edades, ideas y credos. Que visten cuellos, cabezas y mochilas. Pero no ha de haber grieta, el fin es el mismo.
Gritos y cánticos frente a un parlamento mudo e inerte por resolver nuestro siglo del «queremos vivir» y sumado al queremos vivir, vivir como queremos, ganar como debemos y ser como podemos…
Militancia del no me ceda el asiento, no me deje el lugar en la cola del bondi y del «sobaquember» (el derecho femenino a llevar una vida lejos de la cera, de la luz pulsada y de la maquinita de afeitar). Militancia del soy madre, jefa de hogar y exitosa.
Que ya no usen nuestro culo para portadas de bebidas dietéticas ni autos de moda y que nuestras tetas se muestren gastadas por la lactancia, o turgentes por las cirugías pero que se muestren donde queramos nosotras, no donde les sirva al otro.
No embellecernos y salir a cara lavada, se ha convertido en una bandera de las redes sociales.
La nueva Revolución Femenina no adjunta manuales de estilo, sino que es el grito desesperado, cansado y a veces exagerado de años de agachar la cabeza, de salarios recortados y maternidades relegadas.
Hoy salimos a la calle y todos nos ven. Sin ollas ni sartenes que ya no lavamos. Hoy salimos a las calles, a mostrar lo que queremos, lo que necesitamos y cuanto valemos y guay con el que nos mande a lavar los platos. No sabemos si se viene el matriarcado o es el fin del patriarcado, lo que si sabemos es que no nos vamos a quedar calladas ante una palabra desubicada, una mano encima no deseada o un derecho al que queremos acceder y no nos dejan.
Unidas: verdes, celestes y violetas. Todas somos mujeres revolucionadas, y ese latido se hace eco en el aire.