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La Nueva Revolución Femenina

Por Sole Lladó – Ilustración Charo Bick

Violetas, verdes y celestes, pañuelos que muestran orgullosas niñas y mujeres de diferentes edades, ideas y credos. Que visten cuellos, cabezas y mochilas. Pero no ha de haber grieta, el fin es el mismo.
Gritos y cánticos frente a un parlamento mudo e inerte por resolver nuestro siglo del «queremos vivir» y sumado al queremos vivir, vivir como queremos, ganar como debemos y ser como podemos…
Militancia del no me ceda el asiento, no me deje el lugar en la cola del bondi y del «sobaquember» (el derecho femenino a llevar una vida lejos de la cera, de la luz pulsada y de la maquinita de afeitar). Militancia del soy madre, jefa de hogar y exitosa.
Que ya no usen nuestro culo para portadas de bebidas dietéticas ni autos de moda y que nuestras tetas se muestren gastadas por la lactancia, o turgentes por las cirugías pero que se muestren donde queramos nosotras, no donde les sirva al otro.

No embellecernos y salir a cara lavada, se ha convertido en una bandera de las redes sociales.

La nueva Revolución Femenina no adjunta manuales de estilo, sino que es el grito desesperado, cansado y a veces exagerado de años de agachar la cabeza, de salarios recortados y maternidades relegadas.
Hoy salimos a la calle y todos nos ven. Sin ollas ni sartenes que ya no lavamos. Hoy salimos a las calles, a mostrar lo que queremos, lo que necesitamos y cuanto valemos y guay con el que nos mande a lavar los platos. No sabemos si se viene el matriarcado o es el fin del patriarcado, lo que si sabemos es que no nos vamos a quedar calladas ante una palabra desubicada, una mano encima no deseada o un derecho al que queremos acceder y no nos dejan.

Unidas: verdes, celestes y violetas. Todas somos mujeres revolucionadas, y ese latido se hace eco en el aire.

Chicas en Tech

Por Cecilia Urrutia

Chicas que Vivimos en un mundo plagado de información. Para las que estudiar forma parte de nuestro día a día (y tenemos más de 40) es como respirar. Estás pegada a tu Celu, a tu laptop, a las redes sociales porque hoy en día todos nos movemos a través de la net.

Chicas, pedimos comida por web o por app, compramos zapatillas para los chicos vía web y pagamos nuestras cuentas con el teléfono. Y si te queres quejar? Tenes twitter.

Mi hijo de 13 años nació con la tecnología entonces para él es muy fácil, es nativo digital, tiene 4 dispositivos prendidos y te aseguro que les presta atención a todos. A mí me empezó a gustar el día que tuve mi primera computadora: tenía 2Mb de capacidad. Waaaw! Mi teléfono actualmente tiene 64MB.

Siendo mujeres y más, chicas en tech, hemos pasado por ocupar espacios en un principio privilegiados a varones. Costó bastante.

– Como que queres estudiar Java?
– Y, si, me interesa…
Lo más normal hace 10 años atrás, era que las chicas vayan a diseño y los varones a programación dura.

Aún hoy es difícil en muchos casos que nos tomen en serio como programadoras. Es como ser cameraman. Son varones. Conocen a alguna mujer cameraman? Yo no, pero me gustaría.

El tiempo nos va acomodando y hoy 2017, conozco muchas chicas que se largan a programar. Que les decís html y no te miran como un bicho salido del averno.

Mi novio también me mira como bicho del averno cuando le explico la diferencia entre http:// y https:// ahora que me acuerdo. Y nos terminamos riendo en buena.

Que suerte que cambió, que ahora somos muchas a las que nos interesa el mundo net, las que seguimos y no paramos y ya el hecho de ir a un museo nos dispara las ganas de plasmar eso en un código html.

No nos rindamos que falta poco. Somos muchas, seamos más.